viernes, 4 de octubre de 2013

Segundo tramo: "De ventisqueros, cuestas y senderos"


Después de un sueño profundo tras tan arduo día de pedaleo bajo la lluvia y frío, comenzábamos el día lunes 7 de enero desayunando en el comedor del hostal, nuestra mesa tenía vista a la bahía de Chaitén, la cual se encuentra completamente colmada de cenizas y sedimentos del volcán arrastrados hasta allí por el río. Nuestra mesa tenía pan, leche, queso, mantequilla, mermelada y café, se nos hizo poco el desayuno y de eso se dio cuenta la señora del hostal quien se apiadó de estos ciclistas que vio llegar entumidos y procedió a juntar los "sobrantes" de otras mesas y nos los dio, empezaba bien el día, jeje

Afuera estaba nublado, con viento y a ratos caían gotas de lluvia, nada muy amenazante, pero la idea era ir a recorrer el sendero que lleva al mismo cráter del volcán Chaitén, el cual aún se encuentra activo, tras pasar a la oficina de información turística decidimos hacer dedo en la salida norte del pueblo, por casi una hora estuvimos ahí sin éxito, ponderamos que ya se acercaba mediodía y el clima podría estar peor mientras subíamos el sendero, así que decidimos ir a buscar nuestras bicis que ya estaban listas con su carga y alforjas para continuar pedaleando hacia el sur, eso fue lo que hicimos y no sin antes abastecernos de algunos alimentos para el camino, ya que el próximo pueblo con más provisiones sería La Junta.

Comenzamos el avance hacia el sur, el camino se aleja de la costa y es asfaltado, muy amigable y el cielo parece aclarar, cerca del km 20 de la salida sur de Chaitén al costado derecho se encuentra el fuselaje de un avión de pasajeros, se me fue preguntar de nuevo por qué se encontraba ahí. Km 23 y hay una bifurcación que te lleva a las termas El Amarillo. 


- El Amarillo, subiendo unos 5 kms se encuentra éste refugio, se puede acampar hasta la fecha que lo visité (2008, 2013) y los cuidadores te venden pan, küchen, huevos, etc. Es una sola piscina de cemento y al costado un pozo con agua y barro de tipo rústico, la temperatura de estas aguas termales del Volcán Michimahuida bordea los 50 grados. En la bifurcación, continuando hacia el sur hay otros 20 kms de recién asfaltada carretera, hasta llegar a la localidad de Puerto Cárdenas, bahía que se encuentra al borde del extenso lago Yelcho. El asfalto termina en el puente colgante que cruza la desembocadura del mismo lago, continuando por el río del mismo nombre, ruta utilizada por los colonos de Futaleufú para llegar a Chaitén cuando no existía vía terrestre. El camino de la carretera continúa bordeando el lado occidental del lago, con bonita vista hacia este, y al costado derecho tienes los escarpados cerros que a lo lejos y en sus cumbres dejan ver algunos ventisqueros, el más famoso de ellos es el Yelcho.

- Ventisquero Yelcho: el sendero hacia el ventisquero comienza a orilla de camino de la ruta 7, en promedio son 2 horas de trekking hasta un mirador que te permite contemplarlo muy bien, pero si eres más osado y te aventuras a avanzar entre rocas y riachuelos que descienden, te puedes acercar hasta los mismos hielos, es bien peligroso, según me cuentan los lugareños, varios visitantes confiados han muerto aplastados por los macizos de hielo que se desprenden, con precaución logré buenas fotos a los pies del ventisquero. Abajo existe un camping (si se le puede llamar así) con lo ultra básico para hospedarte, lo administra un personaje que tiene más cuentos jaja, nosotros alojamos ahí esa noche, ya eran 57kms desde que dejamos atrás Chaitén y lo que se venía por delante era la famosa Cuesta Moraga, la cual atacaríamos al siguiente día.





Día Martes 8 de febrero, desayuno, levantamos campamento, reviso facebook, hablo por whatsapp (hay señal!) me voy a hacer el sendero del Ventisquero que les detallé arriba, en el sendero te encuentras siempre con personas.

En todo esto, ya me dio pasado las 13 horas, mi compañero se fue adelante con más de 1 hora de ventaja pues optó por no ir al ventisquero, emprendí la subida de la cuesta Moraga, acá es pura mente, es muy psicológica pues serpentea mucho y parece no acabar, son cerca de 9 kms de subida, el factor que se une a esta travesía es el calor, y sofocante calor, no te ayuda en la subida así que debes hidratarte bien, comienzan a ser parte de tu viaje también los molestos "Coliguachos", y los tábanos, uff...

Lo bueno es que el viejo dicho "todo lo que sube tiene que bajar" lo compruebas acá, la bajada es igualmente impresionante, fácilmente alcanzas velocidades cercanas a los 70km/h hay que tener cuidado en las curvas, una caída a esa velocidad en camino de ripio,  acantilados y a cientos de kilómetros de un hospital es cosa a considerar. Al final de la bajada te encuentras con el cruce del camino que va hacia Palena y Futaleufú, acá se encuentra Villa Santa Lucía (en honor a la señora dura para morir...), era una villa de uniformados del CMT (Cuerpo Militar del Trabajo) años atrás, hoy solo una villa más a orilla de camino, acá busqué algún negocio abierto y me fue mal, menos encontrar un restaurante, así que pasé a comer a una casa, le ofrecí dinero y me prepararon huevos revueltos, pan con mantequilla y café. Mi compañero había seguido avanzando, me dejó el recado que me esperaría a orilla de camino más adelante, así que una vez que comí, seguí mi avance hacia el sur, ya eran cerca de las 18hrs cuando dejaba atrás Villa Santa Lucía, me encaminaba hacia el límite de la región de Los Lagos, pedaleando hacia el sur me encontré con varios bikers que hacían cicloturismo, pero iban en dirección norte, seguramente emprendieron la aventura desde el lado argentino, en Ushuaia, anima encontrarse con gente que anda en la misma que tú, aunque sea un saludo al pasar.

Tras un par de horas de pedaleo, el sol comenzaba a esconderse tras las montañas, el reloj marcaba las 20 hrs y continuaba con muy buen ritmo, incluso en las partes de ripio suelto, sorteando calaminas, con tan buen ritmo iba avanzando que casi ignoro un silbido de alguien que estaba en un paradero a orilla de camino, era mi partner que llevaba un buen rato esperándome. Ya era hora de parar y buscar un lugar para acampar, estábamos a la entrada de Villa Vanguardia, un pequeño conjunto de casas cercano a la Carretera Austral, ningún negocio para comprar pan o víveres, tampoco ningún letrero de hostal ni sitios de camping, de hecho casi no aparece en los mapas ruteros dicha localidad, cruzamos la villa, que era un docena de casas y avanzamos por un camino interior buscando un lugar idóneo para acampar a orilla de un enorme río, nos acompañaba media docena de perros ovejeros, no encontramos el lugar señalado por un lugareño, así que volvimos a la carretera, buscamos a orilla de camino un lugar abierto, había mucho pasto y rodeado de un bosque, era el lugar perfecto para acampar, ya no quedaba más luz de día, teníamos agua en nuestras caramayolas, así que ahí nos quedamos.

Miércoles 9 de enero, intentamos salir lo más temprano posible, a las 10 de la mañana fue eso, ya hacía calor, El cielo completamente azul, el verde profundo de los costados del camino, muchas casas a orillas de camino y mucho olor a animales vacunos y bovinos, a eso se dedican principalmente la gente de Aysén, porque por fin estábamos en la región de Aysén, un letrero ya oxidado nos daba la bienvenida al "Camino de Penetración", la meta de ese día era el primer pueblo de la región: La Junta, fue un agradable pedaleo, a excepción del gran calor que sentíamos, de repente nos acercamos hacia una inmensa estructura metálica, era el puente colgante que cruzaba el imponente y caudaloso río Palena, ya estábamos cerca y era aún temprano, más que mal eran solo 54 kms incluidos en el itinerario, pero cruzando el río unas pendientes cortas pero intensas se nos presentan, al igual que en Villa Santa Lucía, después de una pendiente pronunciada llegábamos al pueblo de La Junta, hay gasolinera en la entrada, pasamos a comer lo primero que pilláramos en la servicentro, necesitábamos azúcar! Vimos muchos minibuses y vans que trasladaban a muchos norteamericanos, europeos y judíos... 
- La Junta es un pueblo con mucho movimiento y población flotante, confluyen 3 ríos y 3 valles, aparte de la ganadería y madera, viven mucho del turismo, existen unas termas a 7 kms del pueblo, pero con los 31 grados que había a las 14hrs no nos resultaba atractivo ir a unas termas. La misión era encontrar un hostal disponible en un pueblo con tantos visitantes, después de un par de vueltas dimos con un hostal del promedio de este viaje: 10 mil pesos (US$20) por camas individuales, ducha con agua caliente, desayuno y acceso a wifi. Ese día aprovechamos de recorrer el pueblo, almorzamos un menú con harta carne y carbohidratos, harta cerveza también para aplacar el intenso calor.

Dejamos La Junta una mañana de jueves 10 de enero, teníamos que seguir internándonos en la Carretera Austral, salimos con viento norte y nubes de lluvia, pero no hacía frío, el clima era ideal para pedalear, con un cortavientos era más que suficiente, en la medida que avanzamos 28 kms desde la junta hacia el sur, el camino comienza a bordear un pequeño pero muy bello lago, el Risopatrón, un camino muy bello el que antecede a Puyuhuapi, mencionar que nos llovió levemente durante el camino, pero fue una lluvia refrescante, fue un aliado esta vez. Llegamos a la bahía de Puyuhuapi, este es otro hito ya que nos encontramos nuevamente con el mar, ese mar que tranquilo te baña Chile lindo.
- Puyuhuapi viene a ser un asentamiento de colonos alemanes que el estado chileno subsidió para que se establecieran y desarrollaran la economía de la zona además de colonos chilenos, es un pueblo pintoresco y llegamos justo a la hora de almuerzo, por lo que aplicamos el plato de la zona: Salmón a la plancha con ensaladas, exquisito! teníamos que seguir avanzando eso sí, era temprano y quedaba día, habíamos avanzado 44kms bien relajados. Saliendo de Puyuhuapi notamos algo que nos impresionó, la atención del año 2012 de todo el país se centró en el movimiento social de la región de Aysén, una paralización de faenas, de rutas, de puertos que tuvo en ascuas al gobierno, bueno, lo que vimos fue la cara fea de la policía chilena, un carro lanza aguas de Fuerzas Especiales de Carabineros, el famoso "Guanaco" en medio de tanta belleza natural, de gente tan alejada del egoísmo santiaguino y de los citadinos en general, ahí estaba ese carro acorazado que lanza agua, en fin... había que continuar, a 5 kms al sur de Puyuhuapi, bordeando el mar se encuentran las Termas Marinas, cruzando la Bahía está el Resort exclusivo de las termas de Puyuhuapi, mucho más costosas, 2 alternativas para quien buscara termas, nosotros buscábamos el famoso Ventisquero Colgante, ya estábamos pedaleando dentro del Parque Nacional Queulat, el camino es muy ancho y de planicie prolongada, algo alejado del mar y la bahía.

- Parque Nacional Queulat: Es una vasta extensión de parque dominado por altas montañas patagónicas siempre húmedas, los pueblos cercanos son La Junta, Puerto Puyuhuapi y Puerto Cisnes, posee variados senderos y algunos de estos cuentan con campings bien equipados y guardaparques, el más famoso camping y sendero es el que lleva al Ventisquero Colgante, también el Sendero Bosque Encantado, avanzando 5 kms al sur del Ventisquero Colgante, a orilla de camino fluye agua mineral, atento que está señalizado, para que la prueben.

22 Kms avanzados desde Puyuhuapi al sur llegamos a la entrada del sendero y camping Ventisquero Colgante, un muy bien informado guarda parques nos da la bienvenida y nos explica las tarifas y los atractivos del parque, $2.500.- la entrada al parque y $6.000.- ocupar un sitio para camping, OK nos quedamos ya que habían pocos cupos, habían sido 66kms pedaleados aquel día desde que salimos en la mañana en La Junta, armamos las carpas, y ya que eran las 6 de la tarde, aún quedaban horas de luz solar, por lo que emprendimos el trekking de 2,4 kms hasta el mirador que te permite ver el Ventisquero Colgante en toda su plenitud, es un trekking de dificultad media, bien zigzagueante y muy bello, a medida que te internas hay algunos miradores hacia la bahía de Puyuhuapi donde se puede ver el ya lejano mar, también un mirador hacia la laguna que se forma por la inmensa cascada que cae desde el ventisquero, el impresionante sonido de las tronaduras te impulsan a caminar más rápido, en una de esas logras ver un desprendimiento, al final del sendero es impactante la vista, te conmueve tanta belleza, muchas fotos, también un respiro ya que nos bajamos de las bicis para emprender la caminata de inmediato. Bajamos al camping con un atardecer hermoso, muy contentos del bello día que terminaba, lindo ver familias con sus pequeños recorriendo dichos senderos. Abajo en medio del camping existe un museo con información muy bien recopilada y científicamente expuesta de la flora, fauna y procesos glaciares del parque, ahí nos enteramos de que el ventisquero había retrocedido casi 7 kms desde su primer avistamiento a fines del siglo XIX, increíble.

Viernes 11 de enero y dejábamos atrás el camping, seguíamos avanzando en medio del Queulat, el guarda parques nos advirtió que nuestro andar no sería tan fluido, teníamos que atravesar la Cuesta Queulat, esta se eleva 450 metros sndm, avanzando 5 kms encuentro señalizado "Agua Mineral Queulat", ahí brotaba de la roca y tierra, agua con gas y mineralizada, helada y refrescante, hay que probarla... pero bueno, había que enfrentar la segunda gran cuesta después de la Moraga, ahí recordé lo que nos dijo el guardaparques, el camino es mucho más serpenteado que la cuesta moraga, se extiende unos 7 kilómetros, el calor es abrazador y no hay muchas vertientes ni arroyos de agua, ojo, hay que llevar llenas tus caramayolas para enfrentar esta cuesta, cuando reparas en el paisaje te das cuenta lo impresionante de las montañas, y las rocas mismas a orilla de camino, nuevamente todo lo que sube tiene que bajar. Cuando vas a gran velocidad descendiendo de la cuesta Queulat, a mano derecha de camino hay una fila de vehículos de turismo, motos, todo terrenos... habíamos llegado al Sendero Bosque Encantado.
Bloques de hielo flotando en laguna al final del sendero Bosque Encantado
 Dejamos las bicis y partimos solo con botellas de agua a recorrer estos 2,2 kms de trekking. Su nombre se debe al verde sobre verde que hay en este bosque, al final del camino, al igual que en el Ventisquero Yelcho si te aventuras a ir entre las rocas llegas a una laguna que recibe el torrente de agua, en cierta época del año, se forman témpanos de hielo que flotan sobre la laguna glaciar, es un paisaje casi extraterrestre verlo desde arriba, y lo más aventurero es caminar sobre esos bloques de hielo flotantes, con precaución se puede, yo me animé, los pies debes meterlos al agua y hielo sí o sí.



De vuelta al camino y a nuestras bicis, un tentempié y seguimos nuestro camino descendiendo la cuesta, hasta que llegamos a la bifurcación del camino que une Puerto Cisnes - Puerto Aysén y Coihayque, llegamos al tramo asfaltado más extenso de la Carretera Austral que llega hasta Villa Cerro Castillo, algo más de 230 kms, si bien es un alivio para los brazos y espalda el avanzar en asfalto, el camino es complicado y va en constante ascenso, bordeas el hermoso Río Cisnes, y y a pocos kms avanzados se pasa al lado de la inmensa Piedra Gato, es de lo más sorprendente ya que no dinamitaron este inmenso macizo rocoso, sino que hicieron un puente curvo bordeando la montaña, algo que nunca había visto!, ya atardecía y acá notamos vestigios de protestas a lo largo del camino, un par autos incendiados, consignas rayadas y el flujo vehicular es mayor, la meta de ese día era llegar a Villa Amengual, pero para lograrlo tuvimos que enfrentarnos a una cuesta no muy extensa pero muy pronunciada, fue muy agotador pero a la vez gratificante cuando llegamos casi al final de esta cuesta y nos instalamos en uno de los varios miradores habilitados a orilla de camino en la región de Aysén, 
contemplamos el impresionante valle que habíamos recorrido y dejado atrás, avanzamos raudos y decididos hasta el próximo pueblo, la Villa Amengual, otra villa que en su fundación fue un campamento militar del CMT, un pueblo equipado con todo lo necesario, llegamos a el hostal "El Indio" el hostal de una familia muy simpática, llegamos preguntando primero por alojamiento y sobre todo por comida, ya que no habíamos almorzado, justo estaban celebrando al patriarca de la familia, así que el menú alcanzó para nosotros, degustamos lechón asado con papas cocidas, ensaladas surtidas, ají de salsa y una copa de vino, el día terminaba excelente! nos hospedamos ahí mismo, nos pusimos al día conectándonos a internet, comentar a la familia y amigos que estábamos bien, se dio la conversa con una persona mayor de la casa, nos contaba que por hobby el buscaba vestigios arqueológicos de la cultura Tehuelche (del mapundungún: chewel che "gente bravía"), nos mostró flechas, algunas conchas fosilizadas encontradas en la alta montaña, fue entretenido escuchar sus aventuras y las de la familia, lo que implica vivir ahí y los viajes que tomaban días que debían hacer a caballo para visitar familiares o por necesidades, muchas veces cruzando a la Argentina por víveres más accesibles que en el mismo otrora Chile, pero bueno, había sido un día agotador, por lo que el sueño fue profundo.