Después
de un sueño profundo tras tan arduo día de pedaleo bajo la lluvia y frío, comenzábamos
el día lunes 7 de enero desayunando en el comedor del hostal, nuestra mesa
tenía vista a la bahía de Chaitén, la cual se encuentra completamente
colmada de cenizas y sedimentos del volcán arrastrados hasta allí por el río.
Nuestra mesa tenía pan, leche, queso, mantequilla, mermelada y café, se nos
hizo poco el desayuno y de eso se dio cuenta la señora del hostal quien se
apiadó de estos ciclistas que vio llegar entumidos y procedió a juntar los
"sobrantes" de otras mesas y nos los dio, empezaba bien el día, jeje
Afuera
estaba nublado, con viento y a ratos caían gotas de lluvia, nada muy
amenazante, pero la idea era ir a recorrer el sendero que lleva al mismo cráter
del volcán Chaitén, el cual aún se encuentra activo, tras pasar a la oficina de
información turística decidimos hacer dedo en la salida norte del pueblo, por casi
una hora estuvimos ahí sin éxito, ponderamos que ya se acercaba mediodía y el
clima podría estar peor mientras subíamos el sendero, así que decidimos ir a
buscar nuestras bicis que ya estaban listas con su carga y alforjas
para continuar pedaleando hacia el sur, eso fue lo que hicimos y no sin
antes abastecernos de algunos alimentos para el camino, ya que el próximo
pueblo con más provisiones sería La Junta.
Comenzamos
el avance hacia el sur, el camino se aleja de la costa y es asfaltado, muy
amigable y el cielo parece aclarar, cerca del km 20 de la salida sur de Chaitén
al costado derecho se encuentra el fuselaje de un avión de pasajeros, se me fue
preguntar de nuevo por qué se encontraba ahí. Km 23 y hay una bifurcación que
te lleva a las termas El Amarillo.
- El
Amarillo, subiendo unos 5 kms se encuentra éste refugio, se puede acampar hasta la fecha que lo visité (2008, 2013) y los cuidadores te venden
pan, küchen, huevos, etc. Es una sola piscina de cemento y al costado un pozo
con agua y barro de tipo rústico, la temperatura de estas aguas termales del Volcán Michimahuida
bordea los 50 grados. En la bifurcación, continuando hacia el sur hay otros 20
kms de recién asfaltada carretera, hasta llegar a la localidad de Puerto
Cárdenas, bahía que se encuentra al borde del extenso lago Yelcho. El
asfalto termina en el puente colgante que cruza la desembocadura del mismo lago,
continuando por el río del mismo nombre, ruta utilizada por los colonos de Futaleufú
para llegar a Chaitén cuando no existía vía terrestre. El camino de la
carretera continúa bordeando el lado occidental del lago, con bonita vista
hacia este, y al costado derecho tienes los escarpados cerros que a lo lejos y
en sus cumbres dejan ver algunos ventisqueros, el más famoso de ellos es el
Yelcho.
- Ventisquero
Yelcho: el sendero hacia el ventisquero comienza a orilla de camino de la
ruta 7, en promedio son 2 horas de trekking hasta un mirador que te permite
contemplarlo muy bien, pero si eres más osado y te aventuras a avanzar entre
rocas y riachuelos que descienden, te puedes acercar hasta los mismos hielos,
es bien peligroso, según me cuentan los lugareños, varios visitantes confiados
han muerto aplastados por los macizos de hielo que se desprenden, con
precaución logré buenas fotos a los pies del ventisquero. Abajo existe un camping (si
se le puede llamar así) con lo ultra básico para hospedarte, lo administra un personaje que tiene más cuentos jaja, nosotros alojamos
ahí esa noche, ya eran 57kms desde que dejamos atrás Chaitén y lo que se venía
por delante era la famosa Cuesta Moraga, la cual atacaríamos al
siguiente día.
Día Martes 8 de febrero, desayuno, levantamos campamento, reviso facebook, hablo por
whatsapp (hay señal!) me voy a hacer el sendero del Ventisquero que les detallé
arriba, en el sendero te encuentras siempre con personas.
En todo
esto, ya me dio pasado las 13 horas, mi compañero se fue adelante con más de 1
hora de ventaja pues optó por no ir al ventisquero, emprendí la subida de la
cuesta Moraga, acá es pura mente, es muy psicológica pues serpentea mucho y
parece no acabar, son cerca de 9 kms de subida, el factor que se une a esta
travesía es el calor, y sofocante calor, no te ayuda en la subida así que debes
hidratarte bien, comienzan a ser parte de tu viaje también los molestos "Coliguachos", y los tábanos, uff...
Lo bueno
es que el viejo dicho "todo lo que sube tiene que bajar" lo compruebas
acá, la bajada es igualmente impresionante, fácilmente alcanzas velocidades
cercanas a los 70km/h hay que tener cuidado en las curvas, una caída a esa
velocidad en camino de ripio, acantilados y a cientos de kilómetros de un
hospital es cosa a considerar. Al final de la bajada te encuentras con el cruce
del camino que va hacia Palena y Futaleufú, acá se encuentra Villa Santa Lucía
(en honor a la señora dura para morir...), era una villa de uniformados del CMT (Cuerpo Militar del Trabajo) años atrás, hoy solo
una villa más a orilla de camino, acá busqué algún negocio abierto y me fue
mal, menos encontrar un restaurante, así que pasé a comer a una casa, le
ofrecí dinero y me prepararon huevos revueltos, pan con mantequilla y café. Mi
compañero había seguido avanzando, me dejó el recado que me esperaría a orilla
de camino más adelante, así que una vez que comí, seguí mi avance hacia el sur,
ya eran cerca de las 18hrs cuando dejaba atrás Villa Santa Lucía, me encaminaba
hacia el límite de la región de Los Lagos, pedaleando hacia el sur me encontré
con varios bikers que hacían cicloturismo, pero iban en dirección norte,
seguramente emprendieron la aventura desde el lado argentino, en Ushuaia, anima
encontrarse con gente que anda en la misma que tú, aunque sea un saludo al
pasar.
Tras un
par de horas de pedaleo, el sol comenzaba a esconderse tras las montañas, el
reloj marcaba las 20 hrs y continuaba con muy buen ritmo, incluso en las partes
de ripio suelto, sorteando calaminas, con tan buen ritmo iba avanzando que casi
ignoro un silbido de alguien que estaba en un paradero a orilla de camino, era mi partner que llevaba un buen rato esperándome. Ya era hora de parar y
buscar un lugar para acampar, estábamos a la entrada de Villa Vanguardia, un
pequeño conjunto de casas cercano a la Carretera Austral, ningún negocio para
comprar pan o víveres, tampoco ningún letrero de hostal ni sitios de camping,
de hecho casi no aparece en los mapas ruteros dicha localidad, cruzamos la villa, que era un
docena de casas y avanzamos por un camino interior buscando un lugar idóneo
para acampar a orilla de un enorme río, nos acompañaba media docena de perros
ovejeros, no encontramos el lugar señalado por un
lugareño, así que volvimos a la carretera, buscamos a orilla de camino un lugar
abierto, había mucho pasto y rodeado de un bosque, era el lugar perfecto para
acampar, ya no quedaba más luz de día, teníamos agua en nuestras caramayolas, así
que ahí nos quedamos.
Miércoles 9 de enero, intentamos salir lo más temprano posible, a las 10 de la mañana
fue eso, ya hacía calor, El cielo completamente azul, el verde profundo de
los costados del camino, muchas casas a orillas de camino y mucho olor a
animales vacunos y bovinos, a eso se dedican principalmente la gente de Aysén,
porque por fin estábamos en la región de Aysén, un letrero ya oxidado nos daba
la bienvenida al "Camino de Penetración", la meta de ese día era el
primer pueblo de la región: La Junta, fue un agradable pedaleo, a excepción del
gran calor que sentíamos, de repente nos acercamos hacia una inmensa estructura
metálica, era el puente colgante que cruzaba el imponente y caudaloso río
Palena, ya estábamos cerca y era aún temprano, más que mal eran solo 54 kms
incluidos en el itinerario, pero cruzando el río unas pendientes cortas pero
intensas se nos presentan, al igual que en Villa Santa Lucía, después de una
pendiente pronunciada llegábamos al pueblo de La Junta, hay gasolinera en la
entrada, pasamos a comer lo primero que pilláramos en la servicentro, necesitábamos
azúcar! Vimos muchos minibuses y vans que trasladaban a muchos norteamericanos,
europeos y judíos...
- La Junta es un pueblo con mucho movimiento y población flotante, confluyen 3 ríos y 3 valles, aparte de la ganadería y madera, viven mucho del turismo, existen unas termas a 7 kms del pueblo, pero con los 31 grados que había a las 14hrs no nos resultaba atractivo ir a unas termas. La misión era encontrar un hostal disponible en un pueblo con tantos visitantes, después de un par de vueltas dimos con un hostal del promedio de este viaje: 10 mil pesos (US$20) por camas individuales, ducha con agua caliente, desayuno y acceso a wifi. Ese día aprovechamos de recorrer el pueblo, almorzamos un menú con harta carne y carbohidratos, harta cerveza también para aplacar el intenso calor.
- La Junta es un pueblo con mucho movimiento y población flotante, confluyen 3 ríos y 3 valles, aparte de la ganadería y madera, viven mucho del turismo, existen unas termas a 7 kms del pueblo, pero con los 31 grados que había a las 14hrs no nos resultaba atractivo ir a unas termas. La misión era encontrar un hostal disponible en un pueblo con tantos visitantes, después de un par de vueltas dimos con un hostal del promedio de este viaje: 10 mil pesos (US$20) por camas individuales, ducha con agua caliente, desayuno y acceso a wifi. Ese día aprovechamos de recorrer el pueblo, almorzamos un menú con harta carne y carbohidratos, harta cerveza también para aplacar el intenso calor.
Dejamos
La Junta una mañana de jueves 10 de enero, teníamos que seguir internándonos en
la Carretera Austral, salimos con viento norte y nubes de lluvia, pero no hacía
frío, el clima era ideal para pedalear, con un cortavientos era más que
suficiente, en la medida que avanzamos 28 kms desde la junta hacia el sur, el
camino comienza a bordear un pequeño pero muy bello lago, el Risopatrón, un
camino muy bello el que antecede a Puyuhuapi, mencionar que nos llovió
levemente durante el camino, pero fue una lluvia refrescante, fue un aliado
esta vez. Llegamos
a la bahía de Puyuhuapi, este es otro hito ya que nos encontramos nuevamente
con el mar, ese mar que tranquilo te baña Chile lindo.
- Puyuhuapi viene a ser un asentamiento
de colonos alemanes que el estado chileno subsidió para que se establecieran y
desarrollaran la economía de la zona además de colonos chilenos, es un pueblo
pintoresco y llegamos justo a la hora de almuerzo, por lo que aplicamos el
plato de la zona: Salmón a la plancha con ensaladas, exquisito! teníamos que
seguir avanzando eso sí, era temprano y quedaba día, habíamos avanzado 44kms
bien relajados. Saliendo de Puyuhuapi notamos algo que nos impresionó,
la atención del año 2012 de todo el país se centró en el movimiento social de
la región de Aysén, una paralización de faenas, de rutas, de puertos que tuvo
en ascuas al gobierno, bueno, lo que vimos fue la cara fea de la policía
chilena, un carro lanza aguas de Fuerzas Especiales de Carabineros, el famoso
"Guanaco" en medio de tanta belleza natural, de gente tan alejada del
egoísmo santiaguino y de los citadinos en general, ahí estaba ese carro
acorazado que lanza agua, en fin... había que continuar, a 5 kms al sur de
Puyuhuapi, bordeando el mar se encuentran las Termas Marinas, cruzando la Bahía
está el Resort exclusivo de las termas de Puyuhuapi, mucho más costosas, 2
alternativas para quien buscara termas, nosotros buscábamos el famoso
Ventisquero Colgante, ya estábamos pedaleando dentro del Parque Nacional
Queulat, el camino es muy ancho y de planicie prolongada, algo alejado del mar
y la bahía.
- Parque
Nacional Queulat: Es una vasta extensión de parque dominado por altas montañas
patagónicas siempre húmedas, los pueblos cercanos son La Junta, Puerto Puyuhuapi y Puerto
Cisnes, posee variados senderos y algunos de estos cuentan con campings bien
equipados y guardaparques, el más famoso camping y sendero es el que lleva al
Ventisquero Colgante, también el Sendero Bosque Encantado, avanzando 5 kms al sur del Ventisquero Colgante, a orilla de camino
fluye agua mineral, atento que está señalizado, para que la prueben.
22 Kms
avanzados desde Puyuhuapi al sur llegamos a la entrada del sendero y camping
Ventisquero Colgante, un muy bien informado guarda parques nos da la bienvenida
y nos explica las tarifas y los atractivos del parque, $2.500.- la entrada al parque
y $6.000.- ocupar un sitio para camping, OK nos quedamos ya que habían pocos
cupos, habían sido 66kms pedaleados aquel día desde que salimos en la mañana en
La Junta, armamos las carpas, y ya que eran las 6 de la tarde, aún quedaban
horas de luz solar, por lo que emprendimos el trekking de 2,4 kms hasta el
mirador que te permite ver el Ventisquero Colgante en toda su plenitud, es un
trekking de dificultad media, bien zigzagueante y muy bello, a medida que te
internas hay algunos miradores hacia la bahía de Puyuhuapi donde se puede ver
el ya lejano mar, también un mirador hacia la laguna que se forma por la
inmensa cascada que cae desde el ventisquero, el impresionante sonido de las
tronaduras te impulsan a caminar más rápido, en una de esas logras ver un
desprendimiento, al final del sendero es impactante la vista, te conmueve tanta
belleza, muchas fotos, también un respiro ya que nos bajamos de las bicis para
emprender la caminata de inmediato. Bajamos al camping con un atardecer
hermoso, muy contentos del bello día que terminaba, lindo ver familias con sus
pequeños recorriendo dichos senderos. Abajo en medio del camping existe un
museo con información muy bien recopilada y científicamente expuesta de la
flora, fauna y procesos glaciares del parque, ahí nos enteramos de que el
ventisquero había retrocedido casi 7 kms desde su primer avistamiento a fines
del siglo XIX, increíble.
Viernes
11 de enero y dejábamos atrás el camping, seguíamos avanzando en medio del
Queulat, el guarda parques nos advirtió que nuestro andar no sería tan fluido,
teníamos que atravesar la Cuesta Queulat, esta se eleva 450 metros sndm,
avanzando 5 kms encuentro señalizado "Agua Mineral Queulat", ahí
brotaba de la roca y tierra, agua con gas y mineralizada, helada y refrescante,
hay que probarla... pero bueno, había que enfrentar la segunda gran cuesta
después de la Moraga, ahí recordé lo que nos dijo el guardaparques, el camino
es mucho más serpenteado que la cuesta moraga, se extiende unos 7 kilómetros,
el calor es abrazador y no hay muchas vertientes ni arroyos de agua, ojo, hay
que llevar llenas tus caramayolas para enfrentar esta cuesta, cuando reparas en
el paisaje te das cuenta lo impresionante de las montañas, y las rocas mismas a
orilla de camino, nuevamente todo lo que sube tiene que bajar. Cuando vas a
gran velocidad descendiendo de la cuesta Queulat, a mano derecha de camino
hay una fila de vehículos de turismo, motos, todo terrenos... habíamos llegado
al Sendero Bosque Encantado.
Dejamos las bicis y partimos solo con botellas de
agua a recorrer estos 2,2 kms de trekking. Su nombre se debe al verde sobre
verde que hay en este bosque, al final del camino, al igual que en el
Ventisquero Yelcho si te aventuras a ir entre las rocas llegas a una laguna que
recibe el torrente de agua, en cierta época del año, se forman témpanos de hielo que flotan sobre la laguna glaciar, es un paisaje casi
extraterrestre verlo desde arriba, y lo más aventurero es caminar sobre esos
bloques de hielo flotantes, con precaución se puede, yo me animé, los pies
debes meterlos al agua y hielo sí o sí.
Bloques de hielo flotando en laguna al final del sendero Bosque Encantado |
De vuelta al camino y a nuestras bicis, un tentempié y seguimos nuestro camino descendiendo la cuesta, hasta que llegamos a la bifurcación del camino que une Puerto Cisnes - Puerto Aysén y Coihayque, llegamos al tramo asfaltado más extenso de la Carretera Austral que llega hasta Villa Cerro Castillo, algo más de 230 kms, si bien es un alivio para los brazos y espalda el avanzar en asfalto, el camino es complicado y va en constante ascenso, bordeas el hermoso Río Cisnes, y y a pocos kms avanzados se pasa al lado de la inmensa Piedra Gato, es de lo más sorprendente ya que no dinamitaron este inmenso macizo rocoso, sino que hicieron un puente curvo bordeando la montaña, algo que nunca había visto!, ya atardecía y acá notamos vestigios de protestas a lo largo del camino, un par autos incendiados, consignas rayadas y el flujo vehicular es mayor, la meta de ese día era llegar a Villa Amengual, pero para lograrlo tuvimos que enfrentarnos a una cuesta no muy extensa pero muy pronunciada, fue muy agotador pero a la vez gratificante cuando llegamos casi al final de esta cuesta y nos instalamos en uno de los varios miradores habilitados a orilla de camino en la región de Aysén,
contemplamos el impresionante valle que habíamos recorrido y dejado
atrás, avanzamos raudos y decididos hasta el próximo pueblo, la Villa Amengual,
otra villa que en su fundación fue un campamento militar del CMT, un pueblo equipado
con todo lo necesario, llegamos a el hostal "El Indio" el hostal de
una familia muy simpática, llegamos preguntando primero por alojamiento y sobre
todo por comida, ya que no habíamos almorzado, justo estaban celebrando al
patriarca de la familia, así que el menú alcanzó para nosotros, degustamos
lechón asado con papas cocidas, ensaladas surtidas, ají de salsa y una copa de
vino, el día terminaba excelente! nos hospedamos ahí mismo, nos pusimos al día conectándonos
a internet, comentar a la familia y amigos que estábamos bien, se dio la
conversa con una persona mayor de la casa, nos contaba que por hobby el buscaba
vestigios arqueológicos de la cultura Tehuelche (del mapundungún: chewel che "gente bravía"), nos mostró flechas, algunas
conchas fosilizadas encontradas en la alta montaña, fue entretenido escuchar
sus aventuras y las de la familia, lo que implica vivir ahí y los viajes que tomaban días que debían hacer a caballo para visitar familiares o por necesidades, muchas veces cruzando a la Argentina por víveres más accesibles que en el mismo otrora Chile, pero bueno, había sido un día agotador, por lo que el sueño fue profundo.